Harakiri blanco: Derrota, caos y plaga de bajas
Expulsion de Fran García (Foto de Angel Martinez-Getty Images)
En la Casa Blanca se encienden las alarmas: no hay defensa, ni sinergia y la enfermería está desbordada. El FC Barcelona se escapa a cuatro puntos.
El Real Madrid ni está, ni se le espera. Lo que debía ser una noche para que Mbappé acechara el récord anual de goles de Cristiano Ronaldo y el equipo rompiera su mala racha de tres empates, se convirtió en una película de terror. El Real Madrid de Xabi Alonso ha sufrido una derrota garrafal (0-2) ante un Celta de Vigo que llegaba como undécimo y con graves problemas de gol, sale del Bernabéu como verdugo de un proyecto que hoy ha tocado fondo.

Una defensa de circunstancias y el drama de Militao
El partido nació torcido desde la pizarra. Las bajas obligaron a Xabi Alonso a un experimento de alto riesgo: Fran García regresaba al lateral izquierdo, pero lo preocupante estaba en el otro costado, con Asencio desplazado al lateral derecho y Álvaro Carreras actuando comocentral zurdo. El resultado fue una línea defensiva sin química, un coladero constante donde el Celta buscó la espalda desde el minuto uno.
La tragedia se consumó en el minuto 23. En una carrera para corregir otro desajuste defensivo, Éder Militao se rompió. El brasileño, que estaba recuperando su nivel ‘top’ mundial, se echó la mano al isquiotibial. Entró Rüdiger, pero el daño moral fue terrible: el talón de Aquiles del equipo se debilita aún más justo antes de recibir al Manchester City en Champions.
El colapso
La segunda parte fue la sentencia. El Celta, ese equipo que solo había marcado 13 goles en toda la Liga, encontró petróleo en la pasividad blanca.
El 0-1 de Williot, golazo de tacón precedido por la permisividad de la zaga, que dejó filtrar dos pases consecutivos por el centro. Que Bryan aprovecho para hacer una asistencia magistral al delantero sueco.
La expulsión de Fran García en un minuto, el lateral vio dos amarillas consecutivas por entradas a destiempo. El Madrid se quedaba con diez.

Paradójicamente, con uno menos, el Madrid mostró más orgullo que fútbol. Liderados por un Tchouaméni imperial, el mejor de los blancos, sosteniendo al equipo atrás y generando peligro arriba, los blancos encerraron al Celta. Pero el fútbol no entiende de méritos tardíos.
Cuando el Bernabéu soñaba con el empate, llegó el esperpento final. Álvaro Carreras, superado por la situación, vió una amrilla y a los diez segundos y fue expulsado con roja directa. Quintero Gonzalez, arbitro del partido apuntó en el acta que fue expulsado por decirle «eres malísimo». Con nueve jugadores sobre el campo, el Madrid se rompió definitivamente.
Inmediatamente después a la reanudación del juego, Iago Aspas frotó la lámpara y asistió a Williot, que sentó a un Courtois para poner el 0-2 definitivo.

Futuro negro: Sin defensas
El pitido final deja un panorama desolador. Xabi Alonso no solo pierde tres puntos vitales, sino que se queda sin efectivos. Para el próximo partido de Liga, la lista de bajas en defensa es terrorífica:
- Lesionados: Militão, Huijsen, Alaba, Alexander-Arnold, Mendy y Carvajal.
- Sancionados: Fran García y Álvaro Carreras.
El Madrid afronta la semana más dura de la temporada sin defensa, distanciado del Barça y con una sensación de caos interno que ni Xabi parece capaz de ordenar. Hoy, el Celta no solo ganó; desnudó a un gigante con pies de barro.

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